A 12 años de la aparición de la primera película de Avatar, James Cameron trajo al cine una secuela titulada El camino del agua, que desde este jueves está disponible en las salas de Latinoamérica. Hablamos de una producción que con más de tres horas de duración se plantea retomar la historia que dejó con Jake Sully y Neytiri viviendo juntos en Pandora. Ahora, los personajes de Sam Worthington y Zoë Saldaña tienen una familia y más cosas de qué preocuparse.

Es que, aunque todo parezca que tiene cierta tranquilidad y que en Pandora las cosas se han enderezado, que la humanidad ya no avanza vorazmente sobre sus recursos, una vieja amenaza llegará a este planeta. Por eso, tanto Jake como Neytiri reunirán a su familia con el objetivo de refugiarse en otro punto de Pandora. Allí, se encontrarán con un clan que les dará cobijo y les enseñará cómo se vive en los márgenes del mar de Pandora.

Como sabemos, la segunda película de Avatar, El camino del agua, no será la última. De momento, hay una tercera entrega que ya ha sido filmada y que llegará en diciembre de 2024. Pero también tenemos dos secuelas más anunciadas que están en proceso creativo: la cuarta película ya en instancias de rodajes, mientras que la quinta todavía no terminó de darle forma a su libreto definitivo.

En este contexto, y en un mundo en el que las producciones cinematográficas tienen cada vez más escenas postcréditos con el fin de construir un universo, una saga, James Cameron eligió ir en contra de la corriente. En Avatar: el camino del agua no hay ninguna secuencia postcréditos que se vea. Y algo de lógica tiene: la película del director de Titanic dura más de tres horas por lo que tuvo tiempo suficiente para contar todo lo que necesitaba.

+Cuánto necesita Avatar: The way of water para salir hecha

En la era de las megaproducciones, James Cameron no escatimó en gastos para llevar adelante su proyecto cinematográfico. Según los cálculos iniciales, Avatar: el camino del agua costó cerca de 250 millones de dólares (en la misma sintonía que la primera). Sin embargo, sumándole el costo de promoción probablemente hablemos de una producción en la que se invirtieron casi 400 millones. Por eso, para tener un rendimiento que aliente a Disney a dar luz verde a la cuarta y la quinta película debería hacer al menos mil millones de dólares.