Desde hoy puedes ver en las salas de cine una nueva película de automovilismo inspirada en un videojuego de PlayStation. Sony Pictures estrenó Gran Turismo: De jugador a corredor, que nos relata la historia real de un joven británico llamado Jann Mardenborough que dejó una huella en el deporte.

Jann Mardenborough fue el primer gamer de la historia en dejar la silla de su habitación y convertirse en un piloto real de carreras. Fue gracias a un programa creado por Nissan y Gran Turismo, que buscaba demostrar que el videojuego de PlayStation era un simulador completamente fiel a la realidad.

Con el peso de haber salido apenas unos años después de la genial Contra lo imposible de James Mangold, que retrata una carrera de Le Mans con una destreza impecable, Gran Turismo tenía todas las de perder en términos visuales. Y por momentos se siente un escalón por debajo de esa película en el podio de los grandes largometrajes de carreras.

Hay momentos en los que la velocidad no logra sentirse en las carreras y otros tantos en los que la música parece no estar a la altura de lo que se ve. Pero sin dudas el gran problema que tiene la película son los tiempos: todos los actos y los arcos narrativos que se van construyendo se sienten estirados y anticlimáticos (ni hablar del primero, que es excesivamente largo).

+Lo mejor de Gran Turismo

Más allá de esto, el entretenimiento está presente en Gran Turismo, que logra cerrar mejor de lo que empieza (en la avant premier hecha en Argentina hubo hasta gritos de emoción en una de las carreras finales). Muchas veces, los proyectos que empiezan mal, terminan mal, pero este no es el caso para el film de Neill Blomkamp. Quizás contar la historia en una serie le hubiese hecho mejor a la vida del gran Jann Mardenborough.