Los últimos diez domingos hicieron revivir un pasado que los fanáticos habían vivido con Game of Thrones y se creía que eran tiempos que solo iban a quedar en el recuerdo. Cuando se anunció una nueva serie de la franquicia, la mayoría observó con una mirada dudosa ante lo que estaba por llegar, pero a esta altura ya no quedan dudas de que House of the Dragon superó cualquier tipo de expectativas, en cuanto a su historia y en los números de audiencia obtenidos mediante el servicio de streaming HBO Max.

"The Black Queen", como se tituló el episodio 10, inicia inmediatamente después de que Rhaenys escapara de King's Landing con la noticia de que Viserys había muerto y que los Hightower coronaron a Aegon como legítimo rey. Sin embargo, el comienzo nos lleva a Lucerys, quien más de una vez ha demostrado que no quiere tomar el mando de Driftmark, y ahora vuelve a tener las mismas dudas, más allá de que Rhaenyra lo alienta por lo que le ha tocado heredar a ella a sus 14 años.

Rhaenys llega finalmente a Dragonstone con las tristes noticias, lo que le provoca a Rhaenyra unos dolores al estar embarazada de un bebé que luego vemos que no sobrevive al parto prematuro. La prima de Viserys es cuestionada por no haber actuado cuando tenía a los Hightower enfrente, pudiendo acabar con ellos mencionando "Dracarys" con Meleys, pero ella lo deja claro: no le correspondía ser la persona que iniciara una guerra. Ante esto, Daemon deja en claro que su postura es tomar cartas en el asunto por el acto de traición.

La oscuridad no cesa para el bando de "los negros", ya que sumado a las noticias deben llevar adelante el funeral del bebé que lamentablemente murió. La situación cambia cuando Ser Erryk llega a Dragonstone desde King's Landing con la corona de Viserys y lo toman como un símbolo de esperanza en lo que viene. Es allí que Daemon corona a Rhaenyra enfrente de todos, haciendo un paralelo con lo ocurrido con su hermano hace dos capítulos. En ese momento, Rhaenys no se arrodilla para manifestar que aún no ha elegido un bando, más allá de su sangre.

Es momento de comenzar a planificar sus siguientes pasos y Rhaenyra es la primera en querer saber quiénes son sus aliados, pero las miradas de Daemon lo dicen todo: quiere iniciar la guerra cuanto antes. En medio de las posturas, Otto Hightower se hace presente en Dragonstone con un listado de términos en favor de "los negros", siempre y cuando admitan su rendición y se arrodillen frente a Aegon. Como era de esperar, Daemon pierde el control, pero Rhaenyra recibe una hoja del libro que estudiaba junto a Alicent y decide frenarlo.

A continuación, Rhaenyra se manifiesta en contra de la guerra y menciona que no hará cualquier cosa con tal de sentarse en el Trono de Hierro y no reinará sobre cenizas. Esta última línea nos recuerda, casi de manera inmediata, a Daenerys en sus primeros discursos. La reina busca actuar de manera pacífica por el sueño de Aegon, pero Daemon reacciona mal y la toma del cuello. En ese momento, él sabe que está ocurriendo una guerra en la que pueden ganar y en sus ojos parece estar viendo a Viserys, por lo que no quiere que cometa sus mismos errores. Por otra parte, el personaje de Matt Smith siente un dolor extra al saber que su hermano le ocultó todo acerca de la Canción de Hielo y Fuego.

Quien finalmente hace su aparición es Corlys Velaryon, después de haber estado fuera de Driftmark por el reinicio de la batalla en los Peldaños de Piedra. En principio, busca quedarse al márgen y no tomar ningún bando, pero reconoce que sus nietos están en peligro y es por eso que le asegura a Rhaenyra que toda su flota, la más grande del continente, está a su disposición. Allí se da a conocer que el Mar Angosto está siendo manejado por ellos, por lo que pueden dañar a King's Landing de una manera que no sea con sangre. Para continuar con su plan, la reina envía a sus hijos, Jacaerys y Lucerys, a comprobar si los Baratheon y Stark continúan siendo sus aliados.

Antes de que los niños partan a sus destinos, vemos a Daemon ingresando a una de las cuevas en Dragonstone cantando valyrio y despertando a un dragón. Esta bestia es nada más y nada menos que Vermithor, quien anteriormente tenía como jinete al Viejo Rey Jaehaerys, y es el segundo más grande detrás de Vhagar. En las melodías del príncipe notamos la primera conexión de él con el dragón y mantiene su pensamiento acerca de una mayor cantidad de dragones les dará la victoria.

Lucerys llega a Bastión de Tormentas, donde se ve de fondo a Vhagar y deja en claro que Aemond se encuentra en el mismo lugar para afianzar alianzas con Borros Baratheon. El joven se enfrenta al Lord, pero cuando no tiene nada para ofrecerle se mantiene en su postura de quien le ofrezca una mayor recompensa, tomará partido por él. En medio del salón, Aemond se quita su parche e intenta obtener un duelo para arrebatarle el ojo a Lucerys, pero ambos son apartados del lugar y regresan con sus dragones.

Nuevamente en el cielo, con una tormenta aterradora, Lucerys intenta escapar lo más rápido posible al presumir que algo está por suceder. Finalmente, Aemond aparece sobre él y su intención es asustarlo teniendo al dragón más grande de todos. Es aquí cuando la conexión entre el jinete y su dragón actúan en base a las emociones de ambos, y es por eso que Arrax siente que Lucerys está asustado y decide atacar con fuego. En el caso de Aemond, instigó a su bestia a perseguirlos y la respuesta de Vhagar es aprovechar su tamaño y devorarlos.

La siguiente reacción que vemos es la de Aemond, quien claramente no tenía intenciones de asesinar a Lucerys y muestra un rostro de preocupación, ya que ahora sí la guerra comenzará. Si bien hubo discusiones por cómo se ha contado esto, respecto a los libros, demuestra que ambos jóvenes se encontraron en una situación que los ha llevado hasta un punto sin retorno. En el final, Daemon llega y le comenta lo sucedido a Rhaenyra, quien se da vuelta y al mirar a cámara demuestra que comienza la Danza de Dragones. La historia de House of the Dragon continuará en su temporada 2, aún sin fecha de estreno.